Entradas

Fin.

A fin de cuentas, esto es lo que ha quedado. Un montón de dudas y silencio. Sí, a pesar de todas las palabras, silencio. Y muchos días bonitos en los que, al principio, no paraba de llover. Pero eran bonitos porque tú los hacías especiales y bonitos.  Días llenos de alegría y felicidad. Y ahora que no estás, no me creo que la felicidad exista porque no hay felicidad si no es contigo. Y esto es lo que ha quedado, porque yo no estoy. Me fui cuando te fuiste porque  ya sabía que no podía pagar la soledad tan grande que iba a sentir.
Todo empieza por una frase, una frase que lo resume todo. En este caso no. Aquí hay sentimientos y pensamientos acumulados, la mayoría no tienen sentido. Son fugaces, aparecen sólo para amargarte, para crearte más dolor. No hay un orden, no hay nada principal ni nada secundario. Supongo que todo se traduce a que cada palabra, que soltaste por la boca, se han transformado en una enorme tortura. Si, ya de por si, duelen los trocitos, imagina que esos miles de trocitos se vuelven a hacer añicos y, al final, sólo queda polvo. Polvo que se lo lleva el aire. Y que por mucho que te esfuerces por reconstruir la zona, siempre va a haber un pensamiento que destruya, otra vez, esa zona. Creía que era culpa mía porque pasaba mucho tiempo sola y eso me hacía pensar. Pero no me había dado cuenta de que, en realidad, era porque seguía manteniendo contacto contigo. No podía mostrarme como siempre porque claramente no estaba en condiciones como para estar como siempre, pero tampoco podía comportarme

Él se metió en el laberinto de sus ojos. Cuando ella los cerró, él quedó atrapado para siempre.

Ella no sabía cómo de importante era él, dejó que penetrara en su piel, igual que el sol te broncea en verano, lentamente. Ya no había vuelta atrás. Ella quería más, él menos. El final se acercaba y ella sólo quería verlo, sentirlo, saber que todo iba a estar bien. Pero el día final llegó. Ella se quedó sin palabras que decirle, no pudo decirle que lo quería y que si creía posible todo lo que él  decía que no podía ser. Ella sólo quería llorar pero no quería que él la viese. No quería ser vulnerable y acabar diciéndole, entre lágrimas, lo que de verdad sentía por dentro, el enorme cariño que le tenía. Un cariño que no se podía comparar con una amistad. El último beso que se dieron, fue distinto. Ella quería que fuera eterno. No podía creer que ya no lo vería más, no quería creer eso. Cuando ella llegó a su casa, se encerró en su cuarto y se puso a llorar. Era tan grande el dolor que sentía que no podía parar. Sólo hubo un momento en el que pudo dejar de hacerlo y fue porque él le

A veces pido demasiado.

Quizás, te estoy pidiendo demasiado al querer que te quedes más tiempo, al querer queme abraces y no me sueltes. Creo que quiero mucho contigo y tu muy poco conmigo. No quiero una eternidad pero tampoco quiero que sea algo fugaz.  Y, vale, ya sé que las cosas tienen su fin, su duración y, a pesar de los meses, me parece muy poco tiempo. Sí, muy poco. No he tenido suficiente todavía. Incluso puede ser que nunca me sacie ni tenga suficiente. Y tampoco quiero eso. No soy de esas personas que dicen lo que sienten pero si lo tuviera que decir en este preciso momento, supongo que diría que me siento triste, bastante triste. Es de esas tristezas que aunque llores, no se va. Es como si fuera capaz de llorar hasta que se me secaran los ojos. También pienso que lo mismo nada de esto fue real, pero entonces no tiene sentido que me sienta así. Creo que de vez en cuando, se me escapa una sonrisita porque recuerdo algo hermoso que hiciste o hicimos. Pero, luego, vuelvo a estar triste por la añora
Nunca me gustó quedarme más tiempo del necesario, ni hice que algo durase para siempre. Simplemente que durase lo suficiente como para que fuera bonito y fácil de olvidar. No puedo ser cómo ese invierno frío que nos recuerda que un día tuvimos a una persona que nos dio calor, ni ser ese verano donde pasábamos las tardes comiendo helado para sentir un poco de frescor..  No puedo tener una mirada alegre cuando todo se está derrumbando, y todas las emociones, que surgieron con tu llegada, están empezando a colapsar. No puedo salir huyendo, es demasiado tarde. No puedo fingir que no va a pasar nada cuando las voces del interior de mi cuerpo ya me lo están gritando y advirtiendo. A estas alturas no puedo mirar atrás sin pensar en que lo más probable sea que ya no habrá más momentos así. El tiempo nos destruye, pero también nos hace fuertes. O, al menos, eso dicen. A todos nos falta, de vez en cuando, una mirada que nos diga que todo va a salir bien, un abrazo de esos que te quitan

Como caer por un precipicio.

Quizás debiste de haberme advertido que acabaría así, que acabaría delante de un precipicio y detrás tendría la triste realidad. El problema es que no sabemos entendernos o, quizás, no sé entenderte. Tal vez, el problema sea yo. No sé cómo lo hiciste pero acabaste con la irrealidad que creaste y ahora no sé vivir sin ella. Detrás mía tengo toda la realidad, demasiado dura como para vivirla; delante tengo el mundo que creaste pero que me llevará a perderme por completo. Es cierto que ya no sé quién soy, cambiaste casi todo de mi. Y no sabes cuánto me arrepiento de haberte dicho que no, de tener el valor suficiente para acercarme a ti y pedirte una explicación, de no tener valor para enfrentarme a la incertidumbre que haces que sienta cuándo estás cerca. Pero bueno, todo también se resume a los días más tristes de mi vida.. El día que te vi por primera vez, los días en que mirarnos de lejos era mejor que no verte, el día que te acercaste a mi sólo para saludar, el día que me saludaste co

Sólo eso.

Imagen
Que no se trata de lo que uno quiera, que no es ser egoísta con la otra persona.. Que es quererla por encima de todo, que es ser egoísta pero consigo mismo. No quiero que seas como Romeo, ni que me escribas poemas ni que seas perfecto, no sueño con ver las estrellas tumbada a tu lado.. Sólo sé que si te veo mirándome, me derrumbo por dentro y todo lo de mi alrededor desaparece. Posiblemente lo que más quiera en este preciso momento sería verte, hablarte, dejar que lo irreal se apodere de mí y que la realidad sea secundaria. Y si no puedo dormir, quiero que seas tú quién me abrace y se quede en vela hablando conmigo hasta que el sueño se apodere de nosotros. Pensar en un lunes no es tan malo, si tú estás ahí; llorar no será lo mismo, si tú estás ahí para consolarme. El mundo a nuestro alrededor dejaría de tener sentido para cobrar una nueva forma. Hace tiempo que no dejo de pensar que si alguno de los dos tuviera más iniciativa, las cosas serían de otra manera. No quiero tener que segui