Fin.
A fin de cuentas, esto es lo que ha quedado. Un montón de dudas y silencio. Sí, a pesar de todas las palabras, silencio. Y muchos días bonitos en los que, al principio, no paraba de llover. Pero eran bonitos porque tú los hacías especiales y bonitos. Días llenos de alegría y felicidad. Y ahora que no estás, no me creo que la felicidad exista porque no hay felicidad si no es contigo. Y esto es lo que ha quedado, porque yo no estoy. Me fui cuando te fuiste porque ya sabía que no podía pagar la soledad tan grande que iba a sentir.