A veces pido demasiado.

Quizás, te estoy pidiendo demasiado al querer que te quedes más tiempo, al querer queme abraces y no me sueltes. Creo que quiero mucho contigo y tu muy poco conmigo. No quiero una eternidad pero tampoco quiero que sea algo fugaz. 
Y, vale, ya sé que las cosas tienen su fin, su duración y, a pesar de los meses, me parece muy poco tiempo. Sí, muy poco. No he tenido suficiente todavía. Incluso puede ser que nunca me sacie ni tenga suficiente. Y tampoco quiero eso.
No soy de esas personas que dicen lo que sienten pero si lo tuviera que decir en este preciso momento, supongo que diría que me siento triste, bastante triste. Es de esas tristezas que aunque llores, no se va. Es como si fuera capaz de llorar hasta que se me secaran los ojos. También pienso que lo mismo nada de esto fue real, pero entonces no tiene sentido que me sienta así.
Creo que de vez en cuando, se me escapa una sonrisita porque recuerdo algo hermoso que hiciste o hicimos. Pero, luego, vuelvo a estar triste por la añoranza y porque algo me dice que esto llegó a su fin; que, quizás, no volveré a sonreír de esa forma.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué esperas?

"No he muerto, solo me fui antes."

El camino los unió y los separó.