¿Sabes esa sensación de querer llorar cada vez que te recuerdo? ¿De lo que podía haber sido y no ha sido? Como cuando te fuiste alejando pero no querías porque no estabas seguro y hacías cosas que decían todo lo contrario de lo que hacías. Mil veces me alejé y mil veces volví a ti, no quería alejarme pero cada paso que dabas me alejaba más de ti. Y sí, fuiste tú quién nos destruyó a los dos, sobre todo a mí.
Total somos estrellas fugaces, cogemos los deseos de las personas que no importan en ese momento y los hacemos realidad pero sin tener en cuenta que esos deseos que hacen tan feliz a esa persona se puede volver en su contra con el tiempo y toda esa felicidad se convierte en amargura porque eso es lo que tiene el amor que puede ser un veneno dulce al principio y un veneno amargo al final. Pero da igual como sea ese veneno, lo importante son las personas que nos hacen mirar el mundo como si no lo hubiésemos visto nunca, personas que te sacan a la superficie cuando se está mal, personas que echan raíces en la sonrisa de otras para quedarse.. Todas esas personas son las que importan, las que no se alejan, las que no nos hacen sufrir.

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