Los secretos pesan.

Odio cada segundo que te recuerdo, pero más odio no poder darte todos los abrazos que quiero darte.
Odio no poder decirte cuánto te echo de menos. Cada segundo es una tortura y sé que no aprobarías esto.
Me dirías "Annie, tu felicidad no depende de nadie. Sólo depende de ti misma."
Y te diría que eso ya lo sé, pero no sabría explicarte ni decirte lo que realmente siento.
Supongo que este secreto me lo llevaré a la tumba, nunca lo sabrás. A no ser que el destino nos vuelva a unir. Y quién dice destino, se refiere realmente a quién tendrá que dejar su orgullo para que todo empiece de nuevo o para revivir el dolor.
Creo que tenías razón en la mayoría de las cosas que dijiste, pero también creo que llevas razón porque estás dejando que pasen. Y no sé si lo estás haciendo queriendo o no.
Cuando pierdes a alguien, puedes recordar cómo se movía, sus gestos, su sonrisa, sus ojos, sus manos pero nunca puedes recordar el sonido de su voz. 
En este caso, se puede decir que yo recuerdo todo de ti, incluso el sonido de tu voz y de tu risa. No sé, eso puede significar algo. O simplemente, no quiero olvidarte.
Y créeme ni quiero olvidarte, ni quiero odiarte.
Olvidarte ya sé que es sólo cuestión de tiempo pero tampoco habrá nadie más. Y si lo hay, no será como contigo.
Odiarte.. No puedo. Es imposible. Y mira que encuentro motivos pero todos están justificados.

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