Sein.

Sus palabras parecían que tenían poder sobre mi. No podía controlar los latidos de mi corazón. Por primera vez después de mucho tiempo no podía controlar lo que sentía. Los nervios y la ira recorrían mi cuerpo. No sabía que hacer ni que decir, supongo que eso es lo que pasa cuando no te esperas un cambio tan repentino de una persona. Las palabras recorrían mi mente. No las podía olvidar. Buscaba la excepción entre un montón de pensamientos negativos. Aún no la he encontrado, y tampoco sé porque sigo ahí cuando una parte de mi ya se ha ido. Esa excepción no existe, es solo la ilusión de una posibilidad imposible.
Solo busco esa paz que tenía antes, esa alegría y esa fuerza que salía en cada instante de soledad. Parece que han desaparecido y que no volverán pero sé que no es así. En algún momento tendrán que volver y todo volverá a ser como antes. Entonces, se acabarán los momentos de incertidumbre, las noches en vela llorando y  pensando en el porqué, los días de no saber si salir de la cama y afrontar las cosas o quedarse en la cama e intentar olvidar lo sucedido. Pocas veces son las que me he odiado a alguien o, incluso a mi misma. Pero hoy no puedo decir si es lo que realmente quiero. Solo quiero correr y olvidar, saber que después de todo habrá un  momento donde toda la verdad se sepa y nada quede oculto.


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