Pude estar equivocada, pude tener la razón pero tuve un acorde de la mejor canción, el sonido de tu corazón.

No pensaba con lucidez, solo quería tenerte para mi sola. Egoísta, lo sé pero solo quería saber que te tenía. Te gustaba ser libre, no estar atado a nada ni a nadie; pero no te diste cuenta de lo que eso suponía para mi.
Desconfianza, mucha. Celos, demasiados.
Durante horas, días, semanas y meses solo recodaba el sonido de tu corazón de la última vez que lo escuché latir. Tus recuerdos me dolían, las palabras que habías pronunciado se repetían una y otra vez en mi mente provocando un incesante dolor. Pero ahora parece como si todo eso no importara, todo el sufrimiento por una decisión no sirvió para nada. Solo para darme cuenta de que todo lo vivido había sido verdad. Y ahora que ya no hay dolor solo queda la rabia y la ira. Solo queda el saber porqué de todo, el porqué la rabia y la ira han desaparecido, y no queda dolor ni amor ni arrepentimiento.


Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué esperas?

"No he muerto, solo me fui antes."

El camino los unió y los separó.