Y cuando menos lo esperas es cuando sucede.

Son tantas las cosas que tenemos en la mente que a veces se olvidan. Son tantos los sentimientos que diariamente experimentamos que parece que nunca se volverán a repetir. Tantas sonrisas perdidas, tantas lágrimas derramadas, tantas noches en desvelo, tantas batallas perdidas, tantos suspiros ilógicos, tantas mentiras en el aire.. Quizás no seas la historia más bonita que pensé que seríamos pero al menos serás una anécdota que podré contar a mis hijos y, porque no a mis nietos. Serás esa anécdota que acaba con ese final triste, con ese desengaño con el que aprendí que no todas las personas son iguales y que no dejan las mismas huellas.
Por fin, después de mucho tiempo vuelve a brillar el sol. La felicidad me ha encontrado y no le ha importado mis errores ni mi forma de ser. Por que la felicidad sabe que no hay personas perfectas, ni tampoco líneas rectas y mucho menos que lo que se busca es lo primero que se encuentra.
Después de tanto dolor vuelvo a soñar, con ganas de vivir, creando una nueva vida lejos del pasado que tanto me hizo sufrir. Mi corazón vuelve a latir con fuerza sin miedo a que las cicatrices se vuelvan a abrir. Dejándose llevar por los sentimientos, por lo que tu un día destruiste.
Pero sabes un día te despiertas, miras por la ventana y ves a las personas pasar.. y es entonces cuando te das cuenta de lo fácil y bello que es vivir. Nos complicamos demasiado y nos preocupamos por cosas insignificantes pero para todas nuestras complicaciones y preocupaciones tenemos personas a nuestro lado que nos secarán las lágrimas cuando lloremos, que compartirán nuestras alegrías, que nos harán sonreír por muy deprimidos que estemos..
Mirando las estrellas se da uno cuenta de que la vida está hecha para vivirla, para cometer errores, para saber que el pasado es pasado y que solo sirve para demostrarnos que somos fuertes y que somos capaces de superar cualquier obstáculo.