Porqué.

Hay personas que no entienden porqué somos de una forma y no de otra. Esas personas no se dan cuenta de que la vida nos ha echo así, de que cada momento se ha quedado reflejado en nuestro interior moldeando lo que ahora somos.
El tiempo también ha influido en ello. Cada segundo de soledad, de felicidad, de tristeza, de alegría nos han cambiado. Todos esos momentos son los que poco a poco se van grabando, nos moldean y nos hacen fuertes ante otras situaciones que, en su mayoría, son peores que las que hemos vivido pero que gracias a lo que hemos pasado logramos superarlas también, sin importar cuanto daño o alegría nos pueda suponer en un futuro. Sin embargo, no nos damos cuenta de ese cambio hasta que ya está hecho, hasta que alguien nos dice que hemos cambiado, que algo en nosotros mismos ya no es lo que era. Entonces es cuando preguntamos si ese cambio es bueno o malo pero que, en realidad, no nos importa lo que los demás piensen sino lo que nosotros pensamos de nosotros mismos, lo que nosotros queremos ser y no lo que los demás quieren que seamos.