Dolor.

Es fácil causar dolor a las personas que tienes alrededor, solo tienes que saber cuál es su debilidad. Así es como nos mostramos para hacer que creer que tenemos poder, que somos fuertes. Se comienza diciendo palabras, en ocasiones vacías que se dicen sin sentimiento alguno y son las peores que se pueden decir, no siempre estamos seguros de si esas palabras son reales o no; solo sabemos que una vez que se dicen, quedan dichas y luego causan dolor. Dolor que tarda en irse, es permanente durante un período de tiempo no definido; pero que cuando pasa ese tiempo nos hacemos inmunes a ese dolor. Mientras ese dolor esté con nosotros nos sentimos inseguros, no confiamos mucho en las personas que tenemos alrededor, intentamos arreglar las cosas para que así el dolor se vaya antes incluso llegamos a pensar "y si en vez de eso se hubiera echo otra cosa", nos centramos en las cosas que tenemos pendiente, estamos más sensibles, necesitamos estar solos para poder pensar pero a la vez queremos estar con unas determinadas personas...
Ese dolor se manifiesta cuando recordamos un momento en el que somos felices, y son como pequeñas punzadas en el corazón que acaban en una serie en una que te atraviesa todo el alma. En ese momento, el dolor es insoportable. Sientes como te falta el aire e incluso llegas a pensar que no mereces estar vivo, y que lo mejor es morir para dejar de sentir. Pero la muerte es el camino fácil y el equivocado; porque nadie debería de pensar eso, lo mejor es vivir y dejar como están las cosas, dejarlas que sigan el curso de la vida que ella misma se encargará de ponerlas bien.

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