Sin ellas mi vida no sería igual.

Mis niñas nos conocemos desde pequeñas y no tan pequeñas, habéis estado ahí cuando más os necesitaba, nos hemos apoyado, hemos pasado los nervios pre-examen juntas, hemos vivido momentos inolvidables que nunca olvidaremos (yo por lo menos no pienso hacerlo); y el que ahora cada una esté en una universidad diferente o haciendo un módulo no tiene porqué cambiar nada, es más cada día que pasa me doy cuenta de que os echo mucho de menos. Todos esos intercambios de clase, los recreos camino de la cafetería para comprar kikos o chocolate, los viernes en el Starbucks, la tentación de preguntar quien te había tocado en el amigo invisible, el primer viaje al extranjero solas, el primer día que nos fuimos a la playa a pasar el día, la cantidad de veces que comíamos en Londres, la noche del 28 al 29, los primeros días y noches en Londres, las cenas en el Mc Donald, las visitas a Karmen y Esther en la upo, los sustos de Celia cada vez que me veía por la calle, el quedar con una amiga y que llegue una hora y media tarde, las tardes con Esther quedábamos para dar una vuelta y al final acabábamos sentadas en un banco hablando, las mañanas y las tardes con Karmen en la autoescuela, los lunes de helados...

Son tantos momentos que hemos vivido juntas y tantos que nos quedan por vivir, no se como daros las gracias. Para mí sois lo más importante y no me imagino mi vida sin vosotras. Cada fotografía guarda un momento de nuestras vidas en el que nos hemos divertido juntas; ese momento nos ha demostrado que siendo como somos hemos logrado mas que otras personas que cambiaron de amistad, y con también tuvieron que cambiar su forma de ser.

En el museo de cera de Londres, donde en recuerdo a las clases de informática y el gimp, nos hicimos una foto con Audry Hepburn; también cayeron fotos con mas famosos de cera, pero esta es sin duda una de las fotos que mas me gustaron de aquella tarde.

Uno de los primeros días en Londres, se suponía que iba a ser una foto con la típica cabina telefónica londinense pero... bueno al final quedó bien la foto aunque no saliera.

Así, es como me veía en Londres entre rejas por liarla por la calle, por no dejar que las abejas y demás bichos nos picasen, o por tener a una amiga demasiado patosa pero que sin ella ese viaje no hubiera sido igual.

Momentos en lo que no podemos dejar que nada ni nadie nos estrese, para eso el mejor remedio es salir a dar una vuelta, comprar chuches y reírnos con cualquier tontería.

Una tarde en la biblioteca haciendo apuntes para selectividad con las amigas, sería un error no comprar coca-cola, chuches y patatas :)

Y esas ganas locas de veros después de tres semanas... 

Soy afortunada de teneros :)