Eso me pregunta mi mente cada vez que hago una estupidez. Y es que desde que el amor llegó a mi vida, este me nubla la razón. Años atrás, muchos años atrás, el amor era diferente. No te querían por ser un trozito de carne ni una cara bonita. Te querían porque de verdad te conocían, sabían cómo eras porque lo veían a tiempo real y no a través de una pantalla de móvil. Ese amor era sincero, aunque había también algún listillo pero eran casos contados. Ahora si no te pintas o no muestras carne o no zorreas en alguna discoteca, te tachan de estirada, aburrida y, posiblemente, piensen que ya tienes novio y eres de esas chicas que no se llevan ahora. Porque claro ahora si tienes novio o alguien con quien tengas una relación más o menos seria, es muy normal que ligues y te vayas con otra persona aunque estés con esa persona que has elegido porque la quieres y la respetas. Y creerme hay tantos tíos y todos tan iguales y tan diferentes.. Dios.. Y para nada simples porque si hablas con el
Sí, eso es lo que pienso yo y mi mente. Mi mente piensa en que he muerto pero no me he muerto, obviamente; solo se ha ido una parte de mí. Una parte muy importante. ¿Y ahora qué me queda? Pienso y pienso, buscando a muchas personas pero realmente solo sigo viva por mi madre. Solo nos tenemos a nosotras dos. Vale, quizás estoy exagerando porque hay más gente pero no las veo necesarias en mi vida, en cuanto a familia. La familia, esa cosa que dicen que está ahí para ayudarte pero ¿que pasa cuando solo tienes a dos personas para ayudarte? Y de esas dos, mi abuelo y mi madre, ya solo me queda mi madre; el resto es de relleno. Los veo como las personas convenidas que solo les interesa que los alabes, que les rías las gracias y, por supuesto, que estés ahí para ellos pero que para ti no estarán nunca. Y cuando digo nunca, es NUNCA. Sin embargo, tengo muchas ganas de conocer a mi familia de Argentina porque pienso que son diferentes a la familia que tengo aquí en Sevilla y en Barcelo
Y entonces ella entendió que la sonrisa era el sentimiento que nos provocaba una persona y que no tenía nada que ver con los labios ni con la curva de la boca. Tenía más que ver con el brillo de los ojos de una persona que se había pasado más de media vida llorando. Y que ahora vuelven a llorar esos ojos. De tristeza. Porque ella no aguanta más, está cansada de fingir que está bien y es feliz. No puede atribuirle el sentimiento de felicidad a él pero hacía que toda su vida fuera diferente. Ponía luz en su vida. Y cómo no iba a quererlo, si cada vez que él la miraba, ella pensaba en lo hermoso que era. Y cómo no pensar en que iba a hacer cuando sus brazos no la abrazacen más. Ahora ella tiene que lidiar con ello. Recuerda cuántas veces le dijo que lo echaba de menos y él le decía que quería que ella estuviera allí con él. Y ella todavía sigue pensando en él y en que haría lo que fuera por seguir aferrándose a su recuerdo, por cambiar algo. Pero su mente tiene otro plan, destroza
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