Lo peor que nos puede pasar es que sigamos de pie cuando nuestros pilares no sobrevivieron a la pérdida.

¿Lo peor que te puede pasar es que olvides a alguien con quien nunca has compartido unos bonitos momentos, sólo sueños y fantasías? No, lo peor que te puede pasar es que olvides a aquella persona que te ha dado sonrisas y hermosos momentos a su lado.
Aunque le hayas dedicado silencios, esa persona ha sabido rellenarlos con caricias y ternura.
A algunas personas les preocupa que pase el tiempo y nunca consigan salir de la tristeza que les provoca aferrarse al recuerdo. Pero a mi, ni me preocupa ni me asusta. No tengo miedo de vivir aferrada a su recuerdo, a tropezar cada vez que recuerdo su sonrisa, a mentir cada vez que te preguntan cómo estás. La verdad, es que no sabía que mentía tan bien. Hasta yo me lo creo. Incluso aprendes a sonreír sin motivos.
Tampoco tengo miedo de preferir la soledad y el dolor porque no quiero volver a caer, no quiero que nadie me espere y mucho menos que espere a que se curen mis heridas. No quiero a nadie que me diga que no eche raíces, quiero a alguien que las eche conmigo y luego me diga que conoce un lugar mejor. Pero yo cierro los ojos y lo veo a él. No creo que pueda ver a otra persona.
Me da igual no dormir por las noches y tener unas espantosas ojeras, pero no quiero que olvidemos las excusas y no tan excusas que nos mantenían despiertos hasta altas horas de la noche.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soledad.

Poco a poco, se va apagando.

Cosas que pasan.