El camino los unió y los separó.
Y entonces ella entendió que la sonrisa era el sentimiento que nos provocaba una persona y que no tenía nada que ver con los labios ni con la curva de la boca. Tenía más que ver con el brillo de los ojos de una persona que se había pasado más de media vida llorando. Y que ahora vuelven a llorar esos ojos. De tristeza. Porque ella no aguanta más, está cansada de fingir que está bien y es feliz. No puede atribuirle el sentimiento de felicidad a él pero hacía que toda su vida fuera diferente. Ponía luz en su vida. Y cómo no iba a quererlo, si cada vez que él la miraba, ella pensaba en lo hermoso que era. Y cómo no pensar en que iba a hacer cuando sus brazos no la abrazacen más. Ahora ella tiene que lidiar con ello. Recuerda cuántas veces le dijo que lo echaba de menos y él le decía que quería que ella estuviera allí con él. Y ella todavía sigue pensando en él y en que haría lo que fuera por seguir aferrándose a su recuerdo, por cambiar algo. Pero su mente tiene otro plan, dest...