Juntos o separados, somos felices.

Entro en la oscura habitación, pongo el volumen de la radio a todo volumen y miro por la ventana, pienso en que estarás haciendo. Los días pasan rápido, incluso cuando estabas a mi lado. Ya no sé en que día, mes o año vivo, he perdido la cuenta de cuantos besos te habría dado hasta ahora.
Pero anoche me paré un momento a pensar y caí en la cuenta de que lo mismo fuimos demasiado rápido, que el tiempo no estaba a nuestro favor, que nos corresponde otra etapa de nuestra vida y no la que quisimos vivir.
Otras personas aparecen en nuestra vida, de forma intencionada o no, formarán parte de un capítulo de nuestro libro. El libro de nuestra vida, separados o juntos, ya tenemos nuestro capítulo. Un capítulo que, para mí, no ha llegado a su fin.
También, me dí cuenta de que, al final, todo en esta vida se reduce a atrevernos a luchar por lo que queremos o a resignarnos a perder cosas que nunca hemos tenido. Poco luchamos, por eso perdimos.




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