Principio y fin.

Tú tan atento y cariñoso. Yo tan pendiente de ti. Tan insegura de mi misma que ni sabía como actuar. Creías saber todo sobre mí, incluso creo que esperabas más de mí de lo que yo podía imaginar. No hubo promesas, solo suposiciones. Ahora, tú tan frío como el hielo. Yo tan distinta y seria. Los sentimientos se perdieron en el camino. Desapareciste de mi vida y yo de la tuya. No se trata de quién tenga la culpa ni de quién gane la batalla sino de dónde se quedó lo que sentimos en aquel momento. El comienzo de cada día nuevo nos recuerda cómo éramos antes de todo esto, antes de este desorden, antes de decir adiós.